A Little Girl Who Did Not Believe in Santa Claus (1907) de J. Searle Dawley y Edwin S. Porter

Amigos lectores, se acercan ya las Navidades y seguramente muchos de ustedes formarán parte de esos cínicos con nulo espíritu navideño, que piensan que es solo una fiesta consumista, que se han perdido sus auténticos valores originales o, mucho peor, ¡que no crean en Santa Claus! Para todos ustedes va dedicado este corto de la factoría Edison, A Little Girl Who Did Not Believe in Santa Claus (1907) de J. Searle Dawley y Edwin S. Porter, con la esperanza de que les haga cambiar de opinión.

El argumento es el siguiente: tenemos dos niños que son amigos pero que discrepan respecto a la figura de Santa Claus: ella no cree que exista, pero él sí. La pequeña pero crucial diferencia entre ambos es que ella está en un hogar humilde donde los regalos navideños seguramente sean escasos o nulos, mientras que él pertenece a una familia adinerada y, por tanto, cada año recibe un montón de regalos, . ¡Así claro que es fácil creer en Santa Claus!

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Hace 100 años: las mejores películas de 1925

Sé que todos ustedes, fieles lectores, lo estaban esperando, ¿y quién es este Doctor para decepcionarles? Aquí va la clásica lista que les ofrecemos cada año de las mejores películas que han cumplido un siglo, es decir, las mejores películas de 1925.

A medida que nos adentramos más en la década de los años 20, más difícil se hace realizar una selección acotada de títulos y uno entra en el dilema de no querer extenderse mucho pero, al mismo tiempo, querer dejar un hueco a tantas grandes películas menos conocidas. Es por ello que en esta ocasión se ha ampliado la lista a 20 títulos. Veamos lo que nos ofrecía el mundo cinematográfico en 1920.

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Now, You Tell One (1926) de Charley Bowers y Harold L. Muller

De entre todos los grandes cómicos que surgieron en la era muda Charley Bowers es uno de los que más necesita una urgente reivindicación hoy día tanto por lo poco que suele citarse como por lo sumamente originales que son sus películas. Lo que hacía a Bowers especial como cómico es que en sus filmes le gustaba alternar imagen real con segmentos de animación stop motion. Esto hace que, si ya de por sí las comedias slapstick más alocadas tengan un punto surrealista que luego en el sonoro solo mantuvo el cine de animación, las suyas vayan aún más lejos. Desde el momento en que la animación stop motion adquiere un papel tan importante, todo es posible, el único límite es la imaginación.

De entre todos los cortometrajes suyos que he visto me apetece destacar Now, You Tell One (1926) no solo por ser muy divertido sino uno de los más absurdos (que ya es decir). La acción se inicia en un club de mentirosos, en que los asistentes se retan a ver quién dice la mentira más grande, incluyendo historias sobre elefantes entrando en el Capitolio o un hombre que atrapa a un ladrón ocultándose dentro de un sombrero. Como ninguna de esas mentiras les llama la atención, uno de sus miembros sale en busca de alguien con una historia mejor y se topa con Bowers, que tiene un relato aún más imposible de creer.

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El Mundo Perdido (The Lost World, 1925) de Harry O. Hoyt

Resulta curioso constatar cómo existe una cierta relación entre el cine de animación y los dinosaurios desde los inicios del medio. Tal y como ya explicó en detalle Estrella Millán en este excelente artículo, existen numerosos ejemplos de filmes mudos que daban forma a estas criaturas prehistóricas – de hecho no es casual que uno de los primeros grandes personajes de animación fuera un dinosaurio. Esto tiene una explicación. Desde el siglo XIX el interés por la paleontología aumentó muchísimo a raíz de la identificación de unos restos de dichos animales por parte del paleontólogo Richard Owen, quien acuñó por primera vez el término «dinosaurio» para definir a estas criaturas fantásticas de la familia de los reptiles. Eso despertó la curiosidad por dicha temática incluso más allá de los círculos científicos y especializados. Al gran público le fascinaba imaginar esos seres gigantescos que habitaban nuestro planeta tiempo atrás. Y gran parte de esa fascinación lógicamente radicaba en que esos animales estaban extinguidos, solo podían «visualizarse» a través de ilustraciones que reconstruían lo que se intuía a través de sus restos óseos.

En paralelo en esos años el cinematógrafo se popularizó. La capacidad de capturar imágenes en movimiento permitía que una persona que jamás hubiera salido de su pueblo pudiera ver todo tipo de animales exóticos moviéndose en una pantalla ante sus ojos (esto quizá les parezca una obviedad, pero créanme, para un espectador de principios del siglo XX fue un impacto brutal). Pero lo que una cámara de cine jamás podrá filmar es un dinosaurio. ¿Cómo suplir esa carencia? Aquí es donde entra en juego el cine de animación: era la única forma de que el público, fascinado por esos animales, pudiera ver una recreación de cómo deberían ser en movimiento. De ahí que el stop motion fuera una técnica especialmente suculenta para animar a estos seres del jurásico. Un león en movimiento podía verse en una película pero también en un zoológico. Un dinosaurio en movimiento solo podría verse en cine. Es importante tener todo esto en mente antes de entrar en materia con la película que tenemos entre manos, porque nos permitirá entender el enorme impacto que tuvo en su época y la percepción que tuvo el público de la misma.

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L’Acqua Miracolosa (1914) de Eleuterio Rodolfi.

Cuando decimos que la edad de oro del cine italiano tuvo lugar en los años 10 puede creerse que eso se deba a las películas de divas y sus ostentosos peplums… y sí, es cierto que esos fueron los principales géneros y los que dieron más fama al cine silente italiano, pero hay más. Realmente en esos años se realizaron multitud de filmes (especialmente cortometrajes) de todo tipo de géneros que son un dechado de imaginación y creatividad: desde películas de acción a comedias. Y hoy les traemos una muestra: L’Acqua Miracolosa (1914) de Eleuterio Rodolfi.

La premisa es la siguiente: Gigetta es una mujer emparejada con el Caballero Cornelio, un hombre mucho mayor que ella que se lamenta de que no tengan descendencia a quien legar su apellido. Su vecino de arriba es el Doctor Rodolfi, que está enamorado de Gigetta y, además, es el médico de cabecera de Cornelio. Éste le propone entonces un remedio para su problema: que su esposa pase un tiempo en unos manantiales que contienen unas aguas curativas que hacen milagros. Cornelio acepta la idea pero, como no puede acompañar a su esposa, la manda sola. Poco imagina que el Doctor Rodolfi se citará con ella en el balneario para vivir un romance. Pero al final todo va bien porque tiempo después Gigetta queda embarazada y Cornelio se lleva una alegría al saber que esas aguas termales surgieron efecto… aunque no en el sentido que él imagina.

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What Made Her Do It? (Nani ga kanojo o sô saseta ka, 1930) de Shigeyoshi Suzuki

Si les parece que están teniendo una mala racha o que últimamente no les sonríe la suerte, échenle un vistazo a todas las peripecias que ha tenido que sufrir la pobre Sumiko a lo largo de su vida. Se trata de una joven inocente y llena de buenas intenciones que se va a vivir a casa de sus tíos en el campo con la idea de estudiar y ser alguien de provecho. Lo que no sabe es que, después de haberla enviado allá, su padre se ha suicidado por no poder soportar una vida de tantas estrecheces económicas y que sus tíos, que viven en la miseria, no solo la van a maltratar sino a venderla a un circo.

En el circo no solo se le obligará a protagonizar un peligroso número de lanzamiento de cuchillos sino que continuará recibiendo malos tratos. Su compañero Shintaro le propone huir hacia un futuro mejor pero definitivamente la suerte no sonríe a Sumiko, ya que acaban separados a causa de un accidente. He aquí una lista de las eventualidades que le sucederán a continuación: es obligada a formar parte de una banda de ladrones, la policía la detiene, acaba de criada en la casa de un importante político pero es despedida al rebelarse por el trato denigrante que se le dispensa, un nuevo amo la intenta violar, se reencuentra con Shintaro y deciden suicidarse juntos porque no soportan tanta pobreza… y al final acaba en un estricto orfanato cristiano.

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Le Giornate del Cinema Muto de Pordenone 2025…. sin el Doctor Caligari

Amigos lectores, tengo una mala noticia que darles, y es que este año el Doctor Caligari no podrá acudir a las Giornate del Cinema Muto de Pordenone. Pero, no teman, he hablado con la organización y les he convencido para que sigan adelante con el evento pese a mi ausencia, de modo que el mayor festival de cine mudo del mundo dará inicio tal y como estaba previsto el 4 de octubre. Aunque no podré hacerles una crónica, les dejo aquí los principales programas por si les interesa saber qué se va a ver en Pordenone este 2025:

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Participación en dos libros colectivos y curso de cine mudo en el Museu del Cinema de Girona

Queridos lectores, mientras esperamos a que este Doctor retorne de sus vacaciones, quizá les interese saber de su participación en dos libros colectivos que se han publicado este año, así como de un nuevo curso que realizará en el Museu del Cinema de Girona a principios del 2026.

De entrada les recordamos para los que no lo sepan que hace unos meses se publicó el libro La era de los pioneros – 50 obras clave del cine mudo, para el cual preparé este pequeño vídeo que supone mi pequeño homenaje a la era muda y que espero que sea de su agrado:

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Cerrado por vacaciones

Después de unos meses especialmente ajetreados para el Doctor, ha llegado el momento de tomarse un merecido descanso veraniego. Aunque siempre hay nuevas joyas silentes por descubrir, confío que podrán esperarse unos pocos meses a mi regreso, cuando vuelva bronceado y con energías renovadas o, en su defecto, quemado por el sol y agotado después de unas vacaciones en la playa. Ahora mismo ambas opciones me sirven.

De modo que, si me disculpan, cerraremos hasta finales de septiembre su rincón silente favorito, cuando el Doctor Caligari y Cesare volverán con nuevas películas mudas bajo el brazo y quizá algunos souvenirs de donde quiera que hayan pasado las vacaciones. Pásenlo bien estos meses y no se olviden de nosotros. Les estaremos esperando como siempre.


Si se sienten especialmente solos sin el Doctor, les recordamos que pueden encontrarnos en nuestras redes sociales, gestionadas por nuestro Community Manager Monsieur Hulot, gran experto en nuevas tecnologías. Estamos en BlueSkyTwitterFacebook y Tumblr a su disposición.

 

Las XXIII Jornadas de Cine Mudo de Uncastillo «Ino Alcubierre» 2025

Nos encontrábamos en medio de una terrible ola de calor que había llegado hasta nuestro rincón silente y Cesare ya estaba preparando el bañador y el flotador para ir a la playa, cuando le recordé que teníamos un compromiso esos días: acudir a las XXIII Jornadas de Cine Mudo de Uncastillo «Ino Alcubierre». La idea no pareció convencerle, pero cuando le dije que el tema de este año era «Luces y sombras», que ciertamente es muy del gusto de una criatura expresionista, cambió de parecer y preparó enseguida las maletas para un fin de semana en Uncastillo. La idea de las sombras de hecho se prolongaba más allá de las sesiones cinematográficas, ya que contó con una exposición de Karishma Chugani llamada Cortège, así como un taller de títeres de sombra realizado en compañía de Iris Pérez y David Martínez del Teatro Bobó. Los otros dos grandes temas de esta edición eran el 130º aniversario del nacimiento de Buster Keaton y el 125º de Luis Buñuel. ¿Cómo resistirse?

De hecho fue Keaton quien dio el pistoletazo de salida a las jornadas con el cortometraje Buenas Noches, Enfermera (Good Night, Nurse!, 1918) de Roscoe Arbuckle, que se proyectó en la Residencia Virgen de San Cristóbal con acompañamiento de Jaime Lapeña al violín e Iris Pérez ejerciendo de explicadora. Ha sido todo un detalle por parte de las jornadas que hayan decidido homenajear a Keaton recordando sus inicios en el cine trabajando como secundario para Arbuckle, su gran mentor y uno de los cómicos más importantes de la era muda. Ciertamente, Buenas Noches, Enfermera es una muestra del enorme talento de Arbuckle y de lo mucho que influenció a Keaton. Es una comedia rápida, ingeniosa y que demuestra el talento que tenían para el humor físico tanto él como su «discípulo». Resulta además curioso ver a Keaton antes de llevar a la pantalla su alter ego inexpresivo «carapalo», es decir, actuando de forma expresiva. No parece él salvo por su prodigiosa capacidad para protagonizar caídas y saltos inverosímiles. Con el tiempo, Keaton perfeccionaría su personaje y su forma de actuar ante la cámara.

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